La forma más sencilla de describir la autocompasión es que consiste en hablar contigo mismo y tratarte como lo harías con un amigo cercano o un ser querido.

 

Cuando alguien a quien aprecias mucho acude a ti con un problema o te cuenta un error que ha cometido, es probable que le ofrezcas compasión y cariño.

 

Intentarás tranquilizarlo y recordarle que lo quieres y que no crees que esté loco o que sea una persona horrible por el error que ha cometido.

 

¿Te tratas a ti mismo de la misma manera?

 

¿Te recuerdas a ti mismo que eres más que este error? ¿O te castigas a ti mismo? ¿Te insultas o te sientes un fracaso? A menudo nos cuesta darnos la misma muestra de cariño que damos a los demás. A veces, cuando empiezo a hablar de la autocompasión con la gente, piensan que es una autoindulgencia o una tontería.

 

Pero cuando prestan atención a cómo se hablan a sí mismos o piensan en cómo se sentirían si alguien les dijera lo que ellos se dicen constantemente, pueden comenzar a ver los posibles beneficios de una mayor autocompasión.

 

Veamos un ejemplo

 

Por ejemplo, digamos que un compañero de trabajo cercano a usted se acerca a usted, angustiado, después de olvidar la mitad de su presentación de trabajo.

Usted lo mira y se burla:

 

"Ahh!!, lo sabía....Eres un flojo y un tonto y nunca llegarás a ninguna parte, y ahora todo el mundo lo sabe. Todo el trabajo que hiciste en ese proyecto no vale nada porque nunca superarás tu miedo a hablar en público. Es mejor que lo dejes mientras puedes. Incluso yo diría que nunca deberías presentar de nuevo"

 

Qué amigo tan horrible, ¿verdad? Esa no es exactamente una respuesta de apoyo.

 

En nuestra cultura, vemos la amabilidad con nuestros amigos y seres queridos como lo más obvio que hay que hacer.

 

Pero nuestro diálogo interno suele ser más parecido a la reacción crítica y de falta de apoyo del ejemplo de nuestro compañero de trabajo.

 

Ahora, intentemos una respuesta más compasiva: miras a tu compañero de trabajo y le dices suavemente:

 

“¡Chuta, eso suena fuerte! Sé que trabajaste muy duro y lo que preparaste fue impresionante. La mayoría de las personas tienen miedo de hablar en público y sé que también has estado bajo mucho estrés en casa últimamente. Estoy aquí para ti. ¿Hay algo que pueda hacer para ayudarte?”.

 

Con esta respuesta, le recuerdas a tu compañero de trabajo que la ansiedad por hablar en público es normal y que esta situación no refleja su verdadera inteligencia o capacidad. Le recuerdas quién es realmente, le aseguras que este tropiezo no define su valor y le haces saber que sigues ahí para él. No es difícil imaginar cuál de las dos respuestas sería más útil para tu compañero de trabajo.

 

Muchos de nosotros creemos que expresar amabilidad es importante e incluso puede cambiar la vida de las personas que nos rodean.

 

Entonces, ¿por qué la autocompasión no sería igual de poderosa?

 

Porque se trata de ser tu propio aliado, en lugar de tu peor enemigo.