Nuevas investigaciones abren mejores posibilidades de tratamiento para decenas de millones de personas con depresión que no están bien diagnosticadas
¿POR QUÉ ESTO TE PUEDE INTERESAR?
Porque los Trastornos Depresivos en Chile se han incrementado en forma notable: según el Estudio "Termómetro de la Salud Mental" ACHS-UC de Diciembre del 2023, el 13,1% de la población general presentaba Síntoma Depresivos
Porque este enfoque basado en la Neurociencia, nos permite ir más allá de los diagnósticos categoriales (DSM V) y avanzar hacia un Enfoque Transdiagnóstico
Porque permitiría para mejorar el diagnóstico de los pacientes con depresión resistente y hacer más eficientes los tratamientos farmacológicos
DEBEMOS MEJORAR EL DIAGNOSTICO DE PACIENTES CON DEPRESION
Un estudio de la Universidad de Stanford (EEUU), publicados recientemente en la revista Nature Medicine, muestran los resultados de aplicar la Inteligencia Artificial al análisis de las imágenes cerebrales en cientos de pacientes mientras realizaban tareas específicas y en reposo, lo que ayudó al equipo a identificar seis subtipos distintos de depresión.
El estudio aborda una creciente preocupación entre los profesionales de la salud mental respecto al casi 30 por ciento de personas diagnosticadas con depresión cuyos síntomas no mejoran incluso después de recibir múltiples intervenciones médicas.
"A pesar de todos nuestros avances en otros campos de la medicina, todavía no somos muy buenos a la hora de asignar a los pacientes (con depresión) el tratamiento que les va a funcionar, lo que hace que algunas personas pasen años pasando por múltiples tratamientos antes de encontrar uno que sea eficaz", dice Srijan Sen, neurocientífico y director del Centro de Depresión Familiar Eisenberg de la Universidad de Michigan.
Para ello, los investigadores de Stanford utilizaron la tecnología de resonancia magnética funcional (IRMf) para estudiar las regiones del cerebro más asociadas a la depresión, como la amígdala, el hipotálamo, el hipocampo y el córtex prefrontal y, lo que es más importante, las conexiones -llamadas circuitos- entre esas estructuras cerebrales.
Determinar el subtipo de depresión de un paciente -también conocido como biotipo- es importante porque cada uno representa una forma distinta en que una conexión cerebral importante puede funcionar mal o alterarse, dando lugar a los síntomas y comportamientos no deseados que asociamos con la depresión
LAS FUNCIONES CEREBRALES QUE INFLUYEN SOBRE EL TIPO DE DEPRESION
Se sabe que las conexiones cerebrales alteradas examinadas en el estudio afectan a la capacidad de atención, la memoria de trabajo, la flexibilidad cognitiva, la planificación, la toma de decisiones, la rumiación, la motivación y las hormonas asociadas a las emociones positivas y negativas.
Los investigadores midieron estas funciones alteradas en relación con la depresión escaneando los cerebros de 801 participantes en el estudio a los que ya se había diagnosticado depresión o ansiedad.
Se estudió su actividad cerebral en reposo y mientras realizaban diferentes tareas diseñadas para estimular la función cognitiva o las respuestas emocionales a diversas situaciones.
"Al cuantificar la función cerebral en reposo y durante tareas específicas, hemos demostrado que la depresión consiste en seis patrones específicos de disfunciones en seis circuitos cerebrales principales", afirmó Leanne Williams, autora principal del estudio y profesora de psiquiatría y ciencias del comportamiento en la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford.
LOS 6 TIPOS DE DISFUNCIONES EN LOS CIRCUITOS CEREBRALES
Estos seis circuitos y sus correspondientes DISRRUPTORES (biotipos de depresión) se denominan y definen como sigue:
1) El circuito por Defecto (Default) se activa cuando una persona está inmersa en procesos mentales internos como la exploración mental y la introspección. "Cuando este circuito se interrumpe, estos procesos mentales internos también se ven afectados", afirma Williams.
2) El circuito de saliencia nos ayuda a centrarnos en estímulos emocionales importantes, tanto internos como externos. "Cuando este circuito se interrumpe, puede provocar síntomas físicos de ansiedad y una experiencia sensorial abrumadora"
3) El circuito del afecto positivo, también conocido como circuito de recompensa, es crucial para experimentar placer, recompensas, disfrute social, motivación y un sentido de propósito. "Las alteraciones de este circuito se asocian a insensibilidad emocional y a un mayor esfuerzo para experimentar placer"
4) El circuito del afecto negativo es fundamental para procesar y responder a los estímulos emocionales negativos, como las amenazas y la tristeza. "Cuando se altera, las reacciones a las emociones negativas pueden ser más intensas y prolongadas", explica.
5) El circuito de la atención -también conocido como red frontoparietal o ejecutiva central- interviene en el mantenimiento de la atención y la concentración. "Cuando se altera, los procesos atencionales se ven afectados y disminuye la capacidad de concentración", afirma Williams.
6) El circuito de control cognitivo sustenta funciones ejecutivas como la memoria de trabajo y la planificación, además del control de pensamientos y acciones. "Cuando está alterado, puede dificultar la toma de decisiones y la planificación"
POR QUÉ LOS DISTINTOS BIOTIPOS NECESITAN UN TRATAMIENTO ESPECÍFICO
Cuando los médicos puedan identificar correctamente uno de estos seis biotipos de depresión responsables de alterar el funcionamiento saludable del cerebro, podrán recomendar un tratamiento a medida.
En otro estudio relacionado, asignaron aleatoriamente a 250 de los participantes en el estudio a recibir psicoterapia o uno de los tres antidepresivos más recetados: Escitalopram (Lexapro), Venlafaxina (Efexor) y Sertralina (Zoloft).
Los hallazgos muestran múltiples ejemplos de pacientes con un biotipo que responden mejor a un antidepresivo que a otro, así como pacientes con un biotipo diferente que experimentan mejoras mediante la terapia de conversación cuando no habían respondido tan bien a la medicación.
¿Quieres saber más? Puedes revisar la fuente: un artículo en inglés de la revista National Geographic / Science AQUI
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