Actualmente la mayoría de los varones ya no ejercen un machismo puro y duro, ni siquiera son especialmente dominantes con las mujeres, al menos en el mundo llamado «desarrollado». Si imagináramos una línea continua en la que en un extremo colocáramos a los varones en los que predominan los comportamientos violentos, dominantes y desigualitarios y en el otro a aquellos que se caracterizan por sus comportamientos pacificos, respetuosos e igualitarios, ubicaríamos a la mayoría de los hombres alejados del primer extremo.

El Poder de la Gratitud
Registrar las bendiciones en vez de las cargas: Una investigación experimental de Gratitud y Bienestar Subjetivo en la Vida Cotidiana