La tradición sistémica no ha sido muy sensible a la importancia de las emociones. Si Bateson llegó a considerar a las emociones un concepto dormitivo, no puede extrañar que la teoría comunicacionalista las ignorara y que figuras como Virginia Satir fueran contempladas desde el mismo Palo Alto con reticencia cuando no con desprecio. Por otra parte, Minuchin también ha evitado cualquier explicitación de lo emocional en terapia, recurriendo al circunloquio de «la utilización del sí mismo del terapeuta» para referirse a la evidencia de que las reacciones afectivas de éste juegan un papel importante. Preguntar qué siente el paciente o algún miembro del sistema ha sido considerado herético y descalificado como banal por la ortodoxia sistémica, que ha enfatizado la conveniencia de sustituirlo por qué piensa o qué hace, según se trate de la versión estratégica o de la estructural de dicha ortodoxia.

Qué significa ser padres
Como padres, tenemos uno de los trabajos más importantes del mundo. No hay nada que podamos hacer durante nuestra vida